Quieres que las tasas hipotecarias bajen —y ya han empezado a hacerlo. ¿Durará la tendencia? ¿Hasta dónde podrían descender? Los expertos creen que todavía hay margen para que las tasas se relajen más en los próximos meses, y uno de los indicadores clave a vigilar es el rendimiento del bono a 10 años. Te explico por qué.

Desde hace más de 50 años, la tasa hipotecaria fija a 30 años suele moverse en tándem con el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, que sirve como referencia para las tasas a largo plazo. Cuando el rendimiento del Tesoro sube, las hipotecas tienden a subir. Cuando el rendimiento baja, las hipotecas suelen bajar.

Esa relación es bastante predecible y existe un valor medio para la diferencia entre ambos: el spread, que normalmente promedia alrededor de 1,76 puntos porcentuales (176 puntos básicos). Ese spread es una forma práctica de estimar dónde podrían situarse las tasas hipotecarias en función del rendimiento del bono.

En los últimos años el spread fue mucho más amplio de lo habitual. Piensa en esa ampliación como una medida del nerviosismo o la prima por riesgo en el mercado: cuando hay más incertidumbre económica, el spread tiende a ensancharse y eso mantuvo las hipotecas inusualmente altas.

La buena noticia es que el spread empieza a estrecharse conforme se despejan algunas dudas sobre la senda económica. Un spread más pequeño implica, todo lo demás igual, tasas hipotecarias más bajas. Como apunta un análisis reciente, “un spread hipotecario más bajo equivale a hipotecas más bajas; si el spread continúa descendiendo, las tasas hipotecarias podrían caer más de lo que ya lo han hecho.”

No es solo el spread: los pronósticos indican que el propio rendimiento del bono a 10 años podría descender en los próximos meses. Si eso se materializa, y al mismo tiempo el spread sigue estrechándose, tendríamos dos fuerzas alineadas que empujarían las tasas hipotecarias a la baja durante el próximo año.

Para ilustrarlo con números: si el rendimiento del bono a 10 años está en torno a 4,09% y añadimos el spread promedio de 1,76%, la tasa hipotecaria esperada quedaría alrededor de 5,85%. Eso explica por qué varios expertos proyectan una moderada desaceleración de las tasas, con posibilidad (aunque no garantizada) de que terminen el año siguiente en la zona de los 5 altos.

Ten en cuenta la volatilidad (las subidas y bajadas)

Nada de esto es una garantía absoluta: la evolución de las tasas dependerá de cómo cambien la inflación, el empleo, la política de la Reserva Federal y la confianza de los mercados. Habrá altibajos en el camino. Pero, sobre el conjunto, la combinación de un bono a 10 años en descenso y un spread más estrecho es la base por la que los expertos esperan más alivio para las hipotecas durante los próximos meses.


Conclusión

Seguir estos indicadores —rendimiento del bono a 10 años y el spread hipotecario— te da una buena idea de hacia dónde pueden ir las tasas. Si quieres que alguien vigile esas cifras por ti y te avise cuando aparezcan oportunidades concretas, contar con un agente o un prestamista que te envíe actualizaciones en tiempo real puede facilitar mucho la planificación.

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